Agamenón
Clitemestra,
esposa de Agamenón, espero durante 10 años el regreso de esté, durante una
década deseo de asesinarlo, todos los días planeaba la venganza por la
trágica muerte de su hija Ifigenia. A la llegada del Rey de Argos junto a
su nueva esclava Cassandra, la cual tiene el don de predecir el futuro.
Clitemestra, junto con su amante Egistro, primo de Agamenon, planean la muerte
esté y la de su nueva posesión, la sacerdotisa de Apolo. Citenmestra seduce a
su marido y en un trágico instante tres veces lo hiere y este cae muerto;
posteriormente el mismo destino le espera a Cassandra. Clitenmestra
junto con su amante Egisto, son los nuevos reyes de Micenas, pero deberán
afrontar un viejo enemigo, uno que Cassandra predijo que llegaría.
Las Coéforas
La muerte de Agamenón provoca en Clitemnestra
unas terribles pesadillas señales de los dioses que expresan su ira contra el
asesinato y el adulterio que había cometido, la culpa la invade, y ordena a la
princesa Electra (convertida en esclava) practicar sobre la tumba de su padre
unas libaciones, para librar a su madre de tanto desgracia le ha provocado.
Electra expresa a los dioses el odio que tiene a
su madre y pide venganza por ello, Orestes que volvió a su tierra a vengar a su
padre, deja un rizo de su pelo sobre la tumba de Agamenón, Electra sospecha la
descendencia de ese bucle, parecido al de ella.
Orestes sale de su escondite y se reencuentra
con su hermana, que principalmente dudaba de la verdad, juntos planean la
venganza contra Egisto y contra su madre.
Tras una cadena de mentiras Orestes entra en su
casa con Pílades como mensajeros de la ficticia muerte de Orestes, mata a
Egisto, pero en el momento de dar muerte a Clitemnestra Orestes lo duda,
pero Pílades lo convence, pues es lo correcto,
lo designado de los dioses.
Muere Clitemnestra, pero el destino esta
manchado de venganza y hace posible que Orestes pueda ver su destino, las
Erinis tomaran venganza. Orestes conoce la verdad y decide huir con agónico
Las Euménides
Orestes tras quitarle la vida a su madre Clitemestra, huye al interior de el templo de Apolo implorándole concejo, este le recomienda ir hasta Palas donde le pida protección a Atenea y que allí se efectúe un juicio. Las Erinis, quienes lo persiguen son dormidas por el dios para darle tiempo a este de escapar, pero el espíritu de Clitemestra aparece pidiéndoles que persigan a su asesino.
El héroe llega a Atenas, esperanzado abraza con
desesperación la estatua de Atenea en ese instante llegan las Erinis dispuestas
a acabar con su vida. La intervención de la diosa lo salva de una pronta
muerte, decidiendo como había previsto Apolo hacer un juicio done se evaluara
la situación del acusado. Al final de esté, Orestes sale perdonado gracias a la
favor de la diosa quien clama que ante un empate en los votos se debe favorecer
al acusado. Las Erinis terminan siendo las deidades “justicieras” cambiándose
el nombre por Euménides.
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